Biomagnetismo
Nuestro organismo tiene energía, y nuestras células una polaridad magnética.
La terapia y el diagnóstico cuántico magnético consiste en el reconocimiento de puntos de energía alterados en nuestro organismo y que en su conjunto están dando origen a una enfermedad o malestar de curso agudo o crónico.
Una vez reconocidas y confirmadas las zonas que están alteradas en su potencial energético (y que corresponden con órganos y tejidos que están sufriendo la distorsión), el terapeuta aplica un conjunto de imanes en esos puntos por un tiempo que fluctúa entre 15 y 30 minutos por cada uno y generalmente se aplican en forma simultánea.
El cuerpo humano se mantiene en salud siempre que su pH o acidez interna se mantenga en un rango de neutralidad cercano al valor 7. Ahora bien, cuando hay una noxa actuando, llámese virus, bacteria, tóxico, hongo, trauma, etc., debido a la “mortificación” del tejido afectado, se produce una alteración de su acidez o pH y las células involucradas se ven alteradas en su función.
El Par Magnético contribuye a regular esas funciones y devolverlas a su funcionamiento normal.
Desde la primera o segunda sesión el enfermo ya comienza notar cambios positivos en su salud (sesiones semanales). En promedio para casos crónicos pueden requerirse 3 o 4 tratamientos, pero el número real lo determinará el mismo paciente.